“Nosotros“, de Pedro Junco (1942)
Maceo # 169, Ciudad de Pinar del Rio, Cuba. Casa construida
La casa donde naciera Pedro Junco en Pinár del Rio.
Yenima (Periodista Cubana) quién visitara la casa donde naciera: Pedro Junco.
Ese día me parecía escuchar su legendario “NOSOTROS” en las columnas, el gran patio, las preciosas losas que adornan algunas paredes… Y desde entonces, he seguido un poco más su obra.
Al cumplirse 68 años de su muerte, el 25 de abril de 1943, recordé la emoción que sentí al pisar la casona de quien fuera un genial compositor.
En su natal Pinár del Río, Pedrito Junco se inspiró para componer la hermosa canción “NOSOTROS“, que lo dio a conocer, a los muy pocos años de vida y que está dedicada a una bella joven, aunque reconocía que era un amor imposible puesto que él se hallaba enfermo de tuberculosis.
Un velo de medio siglo mantuvo oculta la pieza clave de un romance que prodigó, tal vez, una de las canciones más escuchadas en el mundo hispanoamericano… La historia se desarrolló en Pinár del Río, la tierra del mejor habano del mundo, provincia ubicada en el extremo occidental de la isla de Cuba. Corrían los años 40 del siglo pasado. Un joven compositor poseedor de una envidiable voz de barítono compuso un bolero, al que titula “Nosotros“. |
Un día de febrero de 1943, sube como de costumbre a la azotea de su casa a realizar ejercicios. Cuando estaba en el fragor del levantamiento de las pesas, lo sorprendió la lluvia. La reacción de la enfermedad no se hizo esperar. Unas horas después lo azolaban fiebres muy altas y vómitos de sangre.
La vida se le escapó en un suspiro, en apenas unas horas. Cuentan que aún en medio de su agonía, pudo escuchar en el radio que lo acompañaba al lado de la cama, en el cuarto hogareño, “Uno de los temas compuesto por él“, en la interpretación de una gran orquesta dirigida por el notable compositor y director musical “Rodrigo Prats“. Entre lágrimas y emoción, sobrevino la falta de aire y, con ello, una hemorragia de la cual no alcanzó a sobreponerse.
Nosotros, que fuimos tan sinceros, que desde que nos vimos, amándonos estamos.
Nosotros, que del amor hicimos, un sol maravilloso romance tan divino.
Nosotros,que nos queremos tanto, debemos separarnos no me preguntes más.
No es falta de cariño, te quiero con el alma Te juro que te adoro
y en nombre de éste amor y por tu bien te digo adios.
Uno de los Boleros mas emotivos y conmovedores de Don Pedro Junco estamos hablando del tema “Nosotros”.Esta vez les publico varias versiones de este gran tema.Primero nos canta Gregorio Barrios , Fernando albuerne , Los Panchos con Julito rodriguez (en su primera versión) , luego Fernando torres , , Los huasos quincheros, y finalmente la escuchariamos por: Los Panchos con Julito Rodriguez, despues por Fernando Albuerne, luego Fernando Torres, Los Huasos Quincheros, y finalmente los Panchos con Eydie Gorme.
Carlos Cuevas y Guadalupe Pineda
Dentro de una estricta formación que les impedía entablar amistad con desconocidos, así y porque siendo adolescente, Pedro Junco Jr. conoció a una joven de origen rural que había sido enviada por sus padres a Pinar del Río a estudiar en el mismo liceo que él, y vivía en un internado cercano a su casa. Junco la veía pasar todos los días y la seguía hasta entrar a clases pero no se atrevía a abordarla, mucho menos a cortejarla. Eran otras épocas y los jóvenes seguian fielmente, las reglas del respeto hacia la mujér, algo que les habian inculcado y enseñaron sus mayores.
y que habia sido estrenada dos meses antes, en febrero de 1943 por el cantante Tony Chiroldes en la Estación Radial de Pinár del Río “CMAB”. …….”Nosotros”
Berto González “El Trovador Tropical”
Como despedida, entonces el autor le habia dejado escrito, el bolero: “Nosotros”.
Cuenta la crónica de esa época que cuatro días antes de la muerte del músico, éste le envió a su bella amada el último mensaje y ella guardó luto a su amado por más de 10 años. Ya en su lecho de muerte le pidió al tenor René Cabel que cantara su composición y desde su cuarto, donde le llevaron un radio, pudo escuchar la bella melodía que hasta nuestros días ha sido interpretada por las mejores y más populares voces como, Julio Iglesias, Olga Guillot, Olga Rivero, Myrta Silva, Don Pedro Vargas y Sarita Montiel, Rita Maria Rivero, Nancy Alvarez y muchisimos otros mas.
“Nosotros” es la cronica de una muerte anunciada, que escribio Pedro Junco cuando tomó conciencia que no tardaria en morir, pues la tuberculosis en esa epoca como bien se ha dicho era incurable, en un acto de amor postrero, que ha quedado como una historia de amor tragica y romantica pero muy hermosa, nos enseña el verdadero amor que renuncia al ser amado alejandose de esta para no hacerle daño a su adorada.
Con Fernando Fernández escucharemos el bolero “Nosotros” .
24 agosto, 2015 por: Ernesto Martínez Frausto
Sobre el autor de “Nosotros” existe toda una historia de tragedia por su muerte tan prematura. Sobre las 11 de la noche del 25 de abril de 1943, en la habitación que Pedro Junco ocupaba en la clínica Damas de la Covadonga, en 17 número 253, esquina a J, en el Vedado, se oía suavemente “Soy como soy” en la voz de René Cabel, que la estrenaba en la radio, de acuerdo con el dato de amigos muy cercanos. El enfermo acababa de quedarse solo. La frecuencia respiratoria había aumentado: el tórax del enfermo subía y bajaba velozmente. María Antonia, su hermana, salió a buscar al facultativo de guardia. De pronto, la música continuó sonando en el cuarto ya vacío… Pedrito falleció casi silenciosamente.
Desde entonces, prensa y biógrafos han descrito la muerte de Pedro Junco Redondas como la de un paciente aquejado de tuberculosis, incurable todavía en aquellos días: «Entre lágrimas, toses y vómitos de sangre». Pero en el libro “Nosotros“, que nos queremos tanto se afirma por parte de sus autores que sería el propio Pedro Junco, el 14 de febrero de 1943, quien niega la posibilidad de que la tuberculosis fuera el mal que lo aquejaba. Fue enfático. Si acaso faltara una prueba máxima para descartar la tuberculosis como la enfermedad que ultimó a Pedrito Junco, el certificado de defunción dice: «Pedro Junco Redondas, natural de Cuba, de veinticuatro años de edad (exactamente 23, nota de los autores) hijo de Pedro y María Regla, ocupación estudiante, de estado soltero, falleció en diecisiete número doscientos cincuenta y tres en el día de ayer a las once y cincuenta y ocho de la noche a consecuencia de Anoxemia, Bronconeumonía según resulta del Certificado Médico y su cadáver habrá de recibir sepultura en el cementerio de Pinár del Río…
Pedro Junco
Por Luis Sexto y Viñas Alfonso
Documentos hasta ahora no considerados parecen decir la última palabra sobre el deceso del joven y célebre autor de “Nosotros”
Desde entonces, prensa y biógrafos han descrito la muerte de Pedro Junco Redondas como la de un paciente aquejado de tuberculosis, incurable todavía en aquellos días: “Entre lágrimas, toses y vómitos de sangre”. El mito, que envuelve la breve vida del autor de “Nosotros”, también adulteró el instante de su muerte. ¿No parece una coincidencia excesivamente oportuna el minuto de su deceso y el estreno radial de una de sus mejores canciones -“Soy como soy”-, que aparentemente lo define como artista y persona; no parece un artilugio escenográfico, un aderezo de la fantasía para introducir al ídolo, al joven querido y prometedor, en la gruta del Olimpo? ¿De qué otro mal podía alimentarse el mito de “Nosotros” e, incluso, qué otra enfermedad podría afectar a los pulmones de quien falleció “consumido por fiebres de amor”? Resulta un deceso excesivamente aparatoso; casi fílmico o propio de una ópera. Pero quién negaría que funcione dentro del patetismo con que se ha aderezado el mito de Pedro Junco y su bolero “Nosotros”.
Pedro Junco se enfermó por primera vez en septiembre de 1942; los médicos le recomendaron reposar por unos tres meses. Pero no parece haber sido un asunto excesivamente público. Hasta algunos amigos ignoraban sus dolencias. ¿Quién podría saberlo? “En Pedrito no podías presumir la tuberculosis. No mostraba el genotipo del tísico. Tenía la piel rosada, los labios rojos, un aspecto sano, buena dentadura. Nadaba mucho” .
Pedrito tuvo la certeza –testimoniada por su prima Teresita Junco- de que iba a morir cuando enfermó gravemente en septiembre de 1942. Sus familiares y algunos de los amigos más íntimos pudieron creer por un tiempo que padecía de tuberculosis, considerando, además, según se afirmaba, que Pedro Junco, padre, presentaba antecedentes del bacilo de Koch. El doctor Pedro González Batlle, médico y amigo de la familia Junco Redondas en Pinár del Río, al menos, no creyó que fuese tuberculosis, porque nunca pudo detectar el bacilo de Koch en la saliva de Pedro Junco, aunque la radiografía revelaba “una sombra” pulmonar. Y fiel a su principio de no atender a ningún paciente de quien él no hubiese podido emitir un diagnóstico preciso -según nos relató su hijo Pedro González Márquez- aconsejó el traslado hacia La Habana, para que especialistas de la capital intentaran un diagnóstico exacto de una enfermedad cuya naturaleza no le resultaba clara a su ciencia y experiencia.
No hemos de dudar de la competencia del doctor González Batlle. El periódico Defensa Social le dedicó un editorial el 17 de marzo de 1944. Entre sus párrafos, decía: “Ya en La Habana se sabe que en Pinár del Río (…) contamos con un tisiólogo de probada capacidad y profundos conocimientos cuyas opiniones pesan en el Consejo Nacional de Tuberculosis (…).”
El 10 de octubre de 1942, Vocero Occidental publicó un nota redactada por Juan P. González Clemente, director y propietario del periódico. Con este suelto, confirmamos que la primera enfermedad del autor de “Me lo dijo el mar” le sobrevino en septiembre de ese año, y probablemente la nota haya sido difundida luego de regresar el paciente de su primer internamiento en la clínica Damas de la Covadonga. Fíjense, sin embargo, que lo atinente a cualquier afección pulmonar se trataba en esos años con cautela. “Desde hace varios días guarda cama en su lujosa residencia de la calle Maceo, víctima de un fuerte ataque gripal (subrayado de los autores), Pedrito Junco, mi dilecto amigo. Porque pronto se halle completamente restablecido el valioso compositor y músico pinareño hago fervientes votos al altísimo.”
Repasemos los detalles antes de reproducir la misiva. En esos días ha terminado su convalecencia y ha viajado a La Habana. Y en la capital “me ocupé bastante de la música”. Al regresar a su ciudad natal, dejó –ese es el verbo que utiliza en una carta a Rosa América Cohalla- varias canciones en el aire. En radio Lavín, a las 3 de la tarde, difundían más números de Pedrito según su popularidad se intensificaba.
En consecuencia, la respuesta de Pedro Junco a Eduvita Barroso del Valle, vecina del poblado de Alonso Rojas, está signada por los colores más vivos del optimismo que generan esos aciertos artísticos y el restablecimiento de su salud. La paz que pinta de blanco el presente de Pedrito, no admite asumirla como una pose, o una esquiva de la verdad:
“Debo decirle que yo, hace unos meses, estuve bastante mal por causa de una congestión pulmonar (subrayado de los autores) que me retuvo dos meses y pico haciendo reposo. Pero ya, gracias a Dios, desde diciembre estoy completamente bien. Nunca supe antes lo que era estar enfermo, por eso me sorprendió enormemente cuando por órdenes del médico me indicaron lo que tenía y que debía acostarme. Lo motivó algún disparate mío que aún no recuerdo. Al principio estuve algo pesimista pero después me halagó mucho ver lo favorable que fue la reacción hasta que desapareció todo. No sé que le habrán informado de lo que yo tuve. Aunque cuando el asunto es de pulmones cada uno dice lo que cree, pensando tal vez que el enfermo no quiere decir lo que tiene (Subrayado de los autores) Yo tuve lo que antes le dije, sin más ni menos. Creo que nadie podía haber aclarado esto mejor que yo, ¿no?”.
También el 14 de febrero de 1943 le advierte a Rosa América Cohalla: “Yo sigo perfectamente, gracias a Dios. (…) No me será fácil ir a Colón, no precisamente por mi salud.” Pero, de pronto, Pedrito se enfermó nuevamente, tal vez a finales de febrero o a principios de marzo. Antes, el 25 de febrero, Rosa América le ha escrito invitándolo a una fiesta, puesto que ya la salud de su amante no era una preocupación. Y Gladys, otra de las mujeres que lo amó insistentemente, le envió una carta el 18 de marzo de 1943: “Vida mía, me ha dado mucha alegría saber que estás bien, con el favor de Dios pronto te levantarás…”
¿Qué ha pasado? ¿Otro disparate, como aquel de 1942 que él no recordaba y que los amigos más cercanos atribuyen a haber permanecido bajo un aguacero en la azotea de su casa, cuando realizaban ejercicios físicos? Ahora, en la recaída, sucedió lo mismo. Alguien lo ha visto andar bajo la lluvia una noche de esos meses iniciales de 1943. Delante de un grupo de muchachas, caminaba un joven, alto, elegantemente vestido. Una de ellas, que lo reconoce, comenta: “Si la familia se entera: ¡mojándose con lo enfermo que ha estado!” Otra, que no sabe de quién se trata, preguntó, y le respondieron: “Muchacha, ese es Pedrito Junco, el compositor…”
Si acaso faltara una prueba máxima para descartar la tuberculosis como la enfermedad que ultimó a Pedrito Junco; si faltare para despejar dudas, fantasías, aportes ficticios, el certificado de defunción nunca considerado para hablar o escribir sobre la muerte del autor de “Nosotros”, dice en una copia en poder de los autores: “Pedro Junco Redondas, natural de Cuba, de veinticuatro años de edad (exactamente 23, nota de los autores) hijo de Pedro y María Regla, ocupación estudiante, de estado soltero, falleció en diecisiete número doscientos cincuenta y uno en el día de ayer a las once y cincuenta y ocho de la noche a consecuencia de Anoxemia, Bronconeumonía según resulta del Certificado Médico y su cadáver habrá de recibir sepultura en el cementerio de “Pinár del Río”…
Tal vez saber la causa de su muerte, no suprima el perfil mítico que envuelve la vida de Pedro Junco. Quizás la clarifique y lo admiremos, más que desde la leyenda, desde la verdad.
Atiéndeme,
quiero decirte algo
que quizás no esperes
doloroso tal vez.
Escúchame,
que aunque me duela el alma
yo necesito hablarte
Y así lo haré.
Cuando escucho esta canción de Pedrito Junco, ese gran compositor cubano, sin quererlo, vienen a mi mente recuerdos de un triste episodio que viví y sufrí. Muchas veces visite a Gilberto, el hermano de Clara, por esas coincidencias de la vida, él tenía sintonizado en su viejo radio, que tenía junto a la cama esta canción, que estaba entonces de moda. No hay dudas que le gustaba mucho. Esto me lo decía el brillo que adquirían sus ojos hundidos entre los pómulos y la frente.
Nosotros,
que fuimos tan sinceros,
que desde que nos vimos
amándonos estamos”.
Nosotros,
que del amor hicimos un sol maravilloso
romance tan divino.
Gilberto no llegaba a los veinte años, él, al igual que muchos jóvenes de mi barrio en aquellos tiempos, se había enfermado de los pulmones desde hacía 3 ó 4 años. La familia concentró todo su esfuerzo para que él se curara, para salvarle la vida. Era necesario el reposo absoluto y así se hizo, todos sus hermanos, que eran 9, su madre y su padre, se apretaron aún más el cinto, pero todo en balde, cada vez peor, cada vez más tos y más sangre. Estaba condenado a muerte.
A los 20 años lo enterramos.
Nosotros que nos queremos tanto
debemos separarnos
no me preguntes más.
No es falta de cariño,
te quiero con el alma
te juro que te adoro
y en nombre de ese amor,
y por tu bien te digo adiós.
Algún tiempo después supe algo que no conocía en aquellos días cuando hacia las visitas a Gilberto. Me dijeron que Pedrito Junco escribió aquella canción para su novia. Era una canción de despedida. Él no quería hacerle daño a ella, la quería mucho y estaba enfermo de los pulmones.
Así describen los periodistas Luis Sexto y Viñas Alfonso, los últimos momentos relacionados con la muerte del brillante compositor Pedro Junco, en su texto Nosotros que nos queremos tanto,* que, como indican los propios autores, no pretende ser una biografía o un ensayo musicológico o literario, sino más bien un reportaje investigativo. Ellos intentan esclarecer la memoria del artista y, al mismo tiempo, invitan a su lectura a quienes deseen ahondar en más detalles de su vida y de la ciudad pinareña de mediados del siglo XX.
Una investigación dedicada y de no pocos años, como debe corresponder a este género periodístico, conformada gracias al empleo prolífico de bibliografía de la época, documentos pertenecientes al célebre compositor y entrevistas de quienes lo conocieron o tuvieron algún tipo de relación con él.
Chavela Vargas – Joaquin Sabina – NOSOTROS – Pedro Junco
Solo la canción devela el idilio:
Atiéndeme, quiero decirte algo, que quizás no esperes, doloroso tal vez,
Y es que, de todos los temas antológicos que escribió, como “Estoy triste”, “Soy como soy”, “Me lo dijo el mar”, “Quisiera” y “Tus ojos”, la canción “Nosotros”, compuesta en 1942, fue la que más conquistó a la gente, y por ello, la que con mayor fuerza se ancló en la memoria colectiva de este pueblo.
NOSOTROS, QUE AÚN TE RECORDAMOS
A juicio de Luis Sexto y Viñas Alfonso, principalmente el hecho de que falleciera tan joven condicionó que este tema musical alcanzara la universalidad como destino, por su carga de teatralidad, de testimonio desgarrador, y por la influencia de lo fatal en la existencia del compositor. Considerada por muchos la síntesis biográfica de Pedro.
Lo cierto es que la universalidad de “Nosotros” está más que probada, certificada. La cantan en el mundo entero en tertulias, peñas, bares, conciertos… Afamados intérpretes cubanos y extranjeros la han incluido en sus repertorios, entre ellos, Pedro Vargas, Rita Montaner, Esther Borja, Elena Burke, la Orquesta Aragón, las Hermanas Lago, Fernando Fernández; así como René Cabel, Luis Gardel, Plácido Domingo, Julio Iglesias, Sarita Montiel, Albert Hammond, Lupita D´Alessio y la Pequeña Compañía.
Pero vuelve la pregunta, también por parte de Sexto y Viñas, de ¿a qué mujer dedicó Pedro Junco su inmortal “Nosotros”, testamento donde renuncia al sentimiento amoroso por una fémina por el bien de ella?
Los autores consideran que la destinataria de la canción pudo ser cualquier mujer, partiendo del hecho de que en la vida del joven pinareño, de impactante presencia física, hubo más mujeres que años.
Por ejemplo, cuentan que cuatro años antes de morir, el 13 de marzo de 1939, escribió en su diario: “Esta noche, sin quererlo, se me juntaron tres novias: Marta, Rosa y Silenia”.
Sin embargo, ambos periodistas señalan que aunque muchas mujeres pudieron sentirse aludidas, hay dos que no pueden dejar de formar parte del mito de “Nosotros”. Una de ellas fue María Victoria Mora Morales, la única novia que los amigos le conocieron a Pedro, y quien con los años será la autora del libro Las campañas de Antonio Maceo en la historia militar de América, ganador de un premio dotado por la Sociedad Colombista Panamericana. De acuerdo con el periodista Ciro Bianchi, en el 2000 aún vivía en Nueva York, casada y con dos hijos. La otra fue Rosa América Cohalla Abrahantes, once años mayor que Junco, y poetisa con cierto renombre literario que vivía en Colón, su pueblo natal.
Enamoradas ambas mujeres del compositor, y él también de ellas, se distinguieron del resto de las féminas con las que Pedro Junco se relacionó en términos amorosos. Las dos mantuvieron un intenso intercambio epistolar con él, donde manifestaban sus sentimientos o inquietudes respecto a las relaciones que mantenían con este paradójico hombre.
Pero más importante que deducir a quién estuvo dedicada esta canción, como espléndidamente y de manera interesante hacen los autores del libro Nosotros que nos queremos tanto…, proceso que no referimos totalmente en este artículo para incentivar a los lectores a que se remitan a esta obra, es el hecho de que su universalidad perdure en el tiempo, para dicha del público más joven.
Gregorio Barrios comienza interpretando= Nosotros de Pedro Junco. Mas otros temas.
1, Nosotros – 2, Solamente una vez – 3. Aquellos ojos verdes – 4. Frenesí – 5. Luna lunera – 6. Perfume de gardenias – 7. Flores negras – 8. Bésame mucho – 9. Sabor a mi – 10. Inolvidable – 11. Sabrás que te quiere – 12. Perfidia – 13. Vereda tropical
Esta vez, publicamos varias versiones de este gran tema.
Luis Migél/Nosotros
El lunes 26 de abril de 1943, el cadáver de Pedro Junco hijo llegó a Pinar del Río envuelto en la bandera cubana y el estandarte de la Asociación de Caballeros Católicos, Unión 19. Había muerto el día antes.El 25 de abríl. La ciudad convocaba el luto. El sepelio resultó una apoteosis que remarcaba la fama que el músico, con solo 23 años de edad, había ganado entre sus coterráneos. Miles de personas acompañaron el féretro hasta el cementerio. (…) Las flores caían desde los balcones.
Nosotros/Tocado al piano por su autór “. Pedro Junco“ 1942
El público conoció la desdichada historia y pronto “Nosotros” se popularizó por Latinoamérica a través de distintas grabaciones. Hoy, esta pieza está entre los temas románticos más conocidos de habla hispana. Pero a pesar de ello, pocos saben que nació de un drama de la vida real. Pedro Junco Jr., que por estos días estaría cumpliendo 95 años de edad, escribió otros 30 boleros, pero ninguno iguala en emoción a “Nosotros”. Y ahora que usted ya sabe la historia, le aseguro que la próxima vez que escuche la pieza tendrá una sensación romántica distinta, ya verá.
Creditos:
Foto Montaje: Eduar’Designs
Montaje a la Pagina:Julián Eliúd Gonzalez