Mi Primer Empleo “La Farmacia”

RUBEN RIOS. (Mi primér empleo)

“LA FARMACIA”

El primér empleo que tuve de adolescente a los 13 años, fué en una farmacia en Miramár, en la calle 24, entre 4ta y 5ta Avenida, en La Habana Cuba, donde yo laboraba de mensajero, entregando medicinas montando bicicleta. La dueña era, La Dra: Blanca Rosa Morales del Campo, y según ella misma se llamaba cuando se presentaba por primera vez ante otras personas desconocidas, decia muy simpaticamente: Blanca Rosa Morales del Campo, y otras Yerbas Aromaticas.

Un dia llegué a las 8.10 am, cuando debia entrár a las 8.00 am. Me llamó a la oficina, y frente a un poster que tenia colgado en la paréd, lleno de regulaciones, y estadisticas, comenzó a leérme, mientras mezclaba lo que estaba escrito, con las aseveraciones que se le iban ocurriendo, puesto que era una Señora muy culta e inteligente, y me echó una regañiza, que duró, hasta las 8 y 30 am. Yo sin siquiera chistár, con todo respeto la escuché decirme todo lo que leia y le vino a la mente.

De como se triunfaba en la vida, practicando los principios, la puntualidád, y que al desplegarlos correctamente, nos impediria llegár tarde a una cita concertada, y especialmente, al lugár de empleo. Que eso era una señál de la gran reaponsabilidád, que toda persona seria, debia recordár, la cuál facilitaria las oportunidades y posibilidades de avance, para triunfár en la vida en generál, puesto que generaria respeto y confianza, entre las personas con quienes tendriamos que tratár en un futuro. Que en es forma, ellos ese sentirian seguros y confiados, en que yo sabria como atendér a los compromisos, contraidos, brindandome yo mismo la posibilidád de que se me tratara con las mejores oportunidades de equidád, al recibír los mejores y exitosos dividendos que mi conducta requeria. …. etc…etc…..

Cuando terminó, muy cautelosamente le pregunté, ya Ud. terminó Dra. ?

Me contestó: Si, Señór, ya terminé. Le volví a preguntár: Entonces ya me puedo retirár a para comenzár mis funciones laborales. ?

Si, ya se puede retirár, pero antes digame, que piensa de todo esto que lo que le he dicho, y compartido con Ud.?

Y le contesté muy, pero muy serio pero cortezmente:

Bueno Dra, pienso que ha gastado 20 minutos de su precioso tiempo en decirme todo lo que debo sabér, lo cuál se lo agradezco profundamente, pués es muy positivo reafirmár los conocimientos que ya uno posée. Mas, quiero explicarle el motivo de mi retraso. Llegué 10 minutos tarde, porque los dos primeros omnibus, pasaron muy llenos y no se detuvieron en la parada.  ( “Y ya con un poco de cinismo solapado continué diciendole”)

Pero también pienso, que si Ud. no me hubiese detenido para regañarme, y regalarme toda esa instructiva y beneficiosa disertación, por estos ultimos 20 minutos, ya yo hubiese entregado 10 paquetes, y es un tiempo por el que Ud. paga, y que la economia de la farmacia sufre ya que lo ha perdido.

Se echó a reir delante de mi, con una sonora carcajada que se le escapó, ya que no pudo contenerse, y aún sin podér aguantár la risa, como cuando uno escucha un chiste muy gracioso por un comediante como Guillermo Alvarez Guedes, me dijo: “Vaya”, …. vaya a trabajár, que con Ud. no se puede. Ya que Ud., es un Abogadillo de Manigua…. Saliendo yo de la oficina, riendo también, me dije por dentro…. “Bieeeeeeén”.

Aunque analicé de que ella tenia toda la razón del mundo, y desde entonces, nunca me he olvidado de la maravillosa lección que me habia otorgado, y he tratado de seguír sus provechosos consejos, al pié de la letra. Pero todavia cuando me acuerdo del incidente, no puedo hacér otra cosa que reirme, como lo estoy haciendo ahorita. “JA…JA…JA”… Pero brindandole siempre mis mas expresivas gracias.

Foto cortesia de: Eduar’Design
Montaje a la pagina por: Julián Eliúd Gonzalez